domingo, 21 de octubre de 2007

Kanyakumari

Kanyakumari es una localidad ubicada en el distrito de Kanyakumari en el estado indio de Tamil Nadu. Está en la punta del cabo en el sitio más austral de la península india. Durante la dominación británica, lo conocían como el Cabo Comorin. La ciudad principal más cercana es Thiruvananthapuram (Trivendrum), capital del estado de Kerala (3 horas de viaje en auto desde el aeropuerto de Trivendrum hasta Kanyakumari).

En Kanyakumari se encuentra la confluencia de 3 mares: el océano Índico, el mar arábigo y el Mar de Bengal. En una gran roca a unos cientos de metros de la costa, está el memorial de Vivekananda, un gran filósofo indio que meditaba en este lugar a fin del siglo XIX. En ese punto también se esparcieron las cenizas de Ghandi, después de haber sido cremado en Delhi.

Asimismo es un lugar de peregrinaje ya que los hindúes lo consideran un lugar sagrado, y el templo que está situado al borde del mar acoge al amanecer a miles de indios todos los días, que se bañan en sus aguas, los hombres en paños menores y las mujeres con sus saris.

Su especial ubicación geográfica permite que sea el único lugar de India continental donde tanto el amanecer como la puesta de sol es sobre el mar, y si además estás durante la luna llena de abril, se puede ver como sale la luna llena por el este mientras el sol se pone por el oeste. En el día de Chaitra Purnima (día de la Luna llena en Abril), uno puede atestiguar el sol y la luna se enfrenten en el mismo horizonte.

Fue uno de los lugares de India más afectados por el tsunami de diciembre de 2004, y todavia se ven todavía huellas de destrucción en el pequeño puerto pesquero.

Es una tranquila pequeña ciudad se puede recorrer prácticamente a pie, todos los puntos de interés están cerca, una calle principal (la del bazar) ameniza el trayecto con restaurantes y tiendas de souvenirs. El flujo de gente es continuo, lo que provoca que Kanyakumari esté lleno de restaurantes, hoteles y puestos ambulantes que a las 6 a.m. ya están en plena actividad intentando venderte todo lo vendible: insistentes vendedores de postales, anteojos de sol (que aunque tu lleves puestas los tuyos ellos insisten en que compres otros), collares de perlas y caracoles varios.

Al final del bazar se encuentra bordeando el mar el principal templo de peregrinación de Kanyakumari, el templo de Kumari Amman. La leyenda cuenta que la diosa Devi venció a los demonios sin ayuda de nadie y consiguió la libertad del mundo y la gente viene a este templo a darle las gracias por ello. Para entrar no solo hay que quitarse los zapatos, como en cualquier templo, sino que también los hombres deben desnudarse de cintura para arriba.
Una vez dentro, a través de un recorrido señalizado por unas barandillas (como en las colas de los parques de atracciones), se entra a una sala todavía mas oscura y de columnas grises con una serie de lámparas de aceite suspendidas del techo al suelo dando al entorno un aire mágico.

Sobre la costa se encuentra el monumento commemorativo a Gandhi. El Gandhi Memorial se ha construido en el punto donde las cenizas de Mahatma Gandhi fueron expuestas al público en una urna antes de que una porción fuera sumergida en los tres mares.

En sí este edificio no tiene nada de bonito, más que las vistas que hay desde la terraza. Adentro hay una colección de fotos de Gandhi. y el el centro, un pilar donde pusieron sus cenizas antes de ser echadas al mar en febrero de 1948 (el dia del cumpleaños de Gandhi, el 2/10, entra el sol por un pequenio orificio en la cupula, pegando el rayo sobre el pilar durante 20 minutos).

Desde la costa se ven el templo y la estatua que hay delante de la costa encima de unas rocas (a 400 metros de la costa), cobran 20 rupias ida y vuelta en un ferry muy oxidado y 10 rupias para visitar los templos. El primero está dedicado a Swami Vivekananda (uno de los líderes espirituales-religiosos mas importantes de la India) en donde meditaba en el año 1892. El memorial es un lugar muy tranquilo, con una enorme sala de meditacion a oscuras, con la palabra "Om" iluminada en la pared.

Después el mismo ferry te lleva a la estatua (trayecto de 4min). Esta gigantesca estatua que mide 133 pies está dedicada al poeta tamil Thiruvalluvar. Esta fue eregida hace pocos años, en el 2000 y representa la libertad india. Está dedicada al honor de la obra llamada Thirukkural que escribió este poeta que tiene 133 capítulos (de ahí que su altura sea de 133 pies). Las paredes de la entrada contienen los 133 capítulos y una frase representativa de cada uno de los temas: familia, amigos, trabajo, energía, amor…. Desde arriba del mirador lo que mejor se ve son los inmensos pies de la estatua y las vistas de Kanyakumari.

La salida del sol se puede apreciar desde el templo hindú se encuentra en el este, el lugar del amanecer, mientras que en el oeste hay una estatua de la Virgen María en un pequeño promontorio desde donde la gente ve la puesta de sol. Cuando llegamos a la costa me quedé muy asombrada con la cantidad de gente que estaba allí esperando como yo ver la puesta del sol. Esto es devoción y amor por este gran astro.

El amanecer también es esperado por una gran multitud. En cuanto la gran bola naranja ha aparecido algunos exclaman y otros se ponen a rezar juntando las palmas sobre las cabezas.

Los pescadores salen todos los días a faenar, salvo los domingos, sobre las cuatro de la madrugada y regresan a sus hogares hacia las ocho de la tarde. Las técnicas empleadas para esta actividad son muy rudimentarias y sus ganancias no superan las 150-200 rupias diarias (unos 4 €), con las que mantener a una familia, formada por una media de seis hijos, más padres y abuelos. Además de la pesca, estas comunidades se dedican, aunque en menor medida, al cultivo de arroz y la recolección de frutas, que constituyen su dieta básica. Los pescadores salen a pescar en unos rudimentarios barcos de madera, algunos de ellos con un motor oxidado sujeto a un lado. Cuando los pescadores vuelven de pescar por la mañana, la playa de Kanyakumari se abarrota de gente. Las redes se vacían en diferentes puntos de la playa y la gente se arremolina en círculos para ver las capturas. Uno de los pescadores vocea diferentes precios a la muchedumbre hasta que alguien acepta. Los billetes se intercambian por los pescados de manera discreta, nunca a la vista.

Las callejuelas que llevan a la playa apestan. Los desagües de las casas dan a las calles y, desde ahí, los residuos van a la playa. En muchos sitios se ven manchas oscuras sobre la arena blanca. La playa es el punto de encuentro donde se saca y muestra la pesca pero es también la letrina pública de los pescadores. A nadie parece importarle este doble uso del mismo espacio. En la India nadie está a disgusto con su cuerpo ni con nada que provenga de él.

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