Chinakalapet - Aldea de pescadores
En Pondicherry dormimos en un “beach resort”. La playa es interminable, con arena blanca y bordeada por palmeras. Nos levantamos a ver el amanecer en la playa. El sol imponente sale de entre las olas, y se va asomando entre las nubes. Los colores del amanecer: suria namaskar!
En Pondicherry dormimos en un “beach resort”. La playa es interminable, con arena blanca y bordeada por palmeras. Nos levantamos a ver el amanecer en la playa. El sol imponente sale de entre las olas, y se va asomando entre las nubes. Los colores del amanecer: suria namaskar!
Cientos de barcas en la orilla con los pescadores arreglando redes, retocando grietas, preparandose para salir de pesca, saldrán como siempre al amanecer.
Vamos andando por la playa sorteando hombres y niños, no hay ninguna mujer. Los hombres en cuclillas hacen sus necesidades corporales en la arena al borde del mar, y parece que a esta hora se han puesto todos de acuerdo. Reciclaje perfecto, sus heces llevadas por las olas alimentarán a los peces que ellos pescarán.
Entramos a la aldea, humilde, la pobreza lo baña todo. La gente vive densamente hacinadas en chozas de paja. No hay nada: agua potable, baños, desagües ni asistencia sanitaria. Los habitantes de la costa se ubican en el último peldaño de la escala socioeconómica de la región.
A nuestro paso todos nos miran curiosos y sonrien. A medida que avanzamos tierra adentro el nivel de vida va aumentando y llegamos a la parte "aristocratica" del pueblo, con casas de material, auots motos y escuelas. Cuanto mas lejos de la costa, va disminuyendo la precariedad habitacional, la escasez de medios para ganarse la vida y las condiciones de insalubridad.
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