domingo, 12 de noviembre de 2006

En el supermercado…


En el supermercado…

Visité un supermercado en Nanjing: es un lugar inmenso, casi imposible de recorrer: estantes y estantes llenos de mil variedades de cada producto, Todo está, efectivamente, hecho en China. Busco productos importados y no los veo por ninguna parte, pues hasta el vino que se oferta es chino. Hay un porcentaje representativo de productos de multinacionales, pero made in China. Al momento de pagar me fijo, accidentalmente, en una pequeña vitrina con llave. Allí están los productos importados. Desodorantes, shampú, lociones y poco más. Bagatelas.

En China, pese a la astronómica cantidad de divisas que ingresa, los supermercados ofertan sólo nacional. China fabrica todo lo que puede, importa lo que necesita y los bienes suntuarios son gravados fuertemente. Medidas imprescindibles para una economía en despegue, con el Estado controlando las divisas y adjudicándolas según interese a su estrategia de desarrollo. No hay derroche ni despilfarro como ocurre en las economías subdesarrolladas, de supermercados atestados de productos importados y masas indigentes de la población excluidas de la economía.
En el Supermercado me detuve a observar algunos de los productos de la canasta familiar local, hocicos de cerdo, patas de gallina, crestas de gallo, ojos de cabra, cabezas de pato, sin menospreciar los recipientes donde están los peces (peceras), las anguilas, todos vivos y listos para meterlos en el carrito, ni que decir de las tortugas o los sapos en sus vitrinas de vidrio, en fin…Es mucho lo que me falta por aprender y degustar. Otros productos, como la manteca o los quesos son delicias exóticas en este país.

En el supermercado percibo con mayor detenimiento que mi condición de extranjera atraía la atención de muchas señoras, en especial las amas de casa. Algunas me observaban de reojo, otras de manera mucho más directa, miraban mi carrito de compras. Querían saber que compraba, que comía. Si paraba en algún sitio para leer o escoger (o tratar de entender que tipo de producto era), en menos de un minuto ya tenia dos señoras a lado y lado, tratando de averiguar por cual producto me iba a decidir y ellas también lo tomaban.

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