Té para todos
Té chino… es té verde (se cosechan los brotes con las dos hojas más nuevas, se seca, se tuesta y listo: no hay proceso de fermentación como en el té negro que conocemos). Las hojitas secas se ponen en la taza o en el termo, se echa agua caliente, y listo! (sin azúcar, por supuesto!) Y los chinos viven tomando este té todo el tiempo, a cualquier hora, en el desayuno, cena, almuerzo, en el tren y durante las disertaciones del simposio. Una especie de adicción, como el mate.
El té crece en el sur de China, especialmente en la cuenca del río Yangtze, las zonas montañosas no aptas para el arroz se han utilizado desde hace siglos para cultivar el té. La planta del té es un arbusto con vida media es de 100 años. Se recogen sus brotes tiernos, que tras ser tostados estarán listos para preparar la infusión.
En China se consume té a todas horas. De la mañana a la noche muchos chinos van con sus frascos de té en la mano. En las oficinas cada chino tiene el suyo, al que va añadiendo agua hervida cada cierto tiempo, ya que las mismas hojas se utilizan varias veces. Con las comidas, para recibir a un amigo o agasajar a un invitado, el té se consume abundantemente
En las innumerables casas de té se degustan decenas de té de hojas, desde el clásico té verde hasta otras variedades: energizante, para no engordar, contra la diabetes o el cáncer, el té negro, té de jazmín. Se compran las hojas del té que van desde precios muy baratos hasta los más exorbitantes – distintas calidades, me dicen, pero yo no alcanzo a diferenciar la diferencia en el gusto.
Las latitas de té están exquisitamente decoradas con motivos chinescos, y envueltas en hermosos y estéticos arreglos de cajas y telas. También venden las minúsculas tacitas y la tetera para servir, hermosísimas. Por suerte, son frágiles así que no me tiento en comprar estos encantadores juegos de té.
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